martes, 7 de abril de 2009

Violencia de género

El funcionalismo trata de observar la acción de los Mass-media en sucesos sociales analizando su repercusión y consecuencias. En este caso, me gustaría hablar de la violencia de género tratada desde el punto de vista de los medios de comunicación. Los sucesos, nuestra inconsciencia y nuestra falta de interés para contrastarlos.

Para muchos autores la violencia de género cumplía una función social sometiendo a la mujer, controlando sus acciones y obligándola a permanecer en casa sin ninguna alternativa. Actualmente, la mujer se ha incorporado al terreno laboral y esa función se ha disgregado. Otros piensan que es simple machismo, y otros en cambio centran el problema en las relaciones de dependencia y sufrimiento que pueden alcanzar el sadomasoquismo.

Independientemente de todas estas teorías, en publicidad se realizan varias campañas al año sobre violencia de género reflejando situaciones cotidianas en la vida de una mujer maltratada. A pesar de las campañas y la información transmitida, los medios de comunicación provocan un efecto narcotizante en el público. Quizás en ocasiones, el tema se plantea como un problema inevitable con escasa solución donde es la mujer quién debe despertar de su letargo, denunciar, escapar a centros de ayuda, cambiar de trabajo, es decir, cambiar por completo su posición en la sociedad por otra de víctima exiliada.

Los Mass-media intentan la canalización y la transmisión de valores reflejando el sufrimiento de la mujer, no para que las acciones varíen sino para ofrecer apoyo y ayuda en los momentos de maltrato. No existe suficiente complementación, no se ha elegido un representante fijo y con autoridad para incentivar el movimiento en contra de la violencia de género. La función de los medios de comunicación en ese caso es crear varias campañas para que el público se tranquilice y observe la “gran” ayuda que reciben las mujeres. Desde mi punto de vista la gran disfunción es centrarse exclusivamente en la mirada de la mujer, ya que todos los hombres maltratadores o personas susceptibles de serlo estarán prácticamente fuera del público objetivo. Además del mensaje inconsciente de aceptación como realidad social.

El proceso social de la ayuda contra la violencia de género se basa en aislar a la víctima y dejar libre al maltratador hasta que llegue al asesinato. La sociedad Española ha aceptado este hecho como una acción cultural inherente a nosotros y no se ha comprometido seriamente con la situación. Quizás la repercusión de los medios y su función sea la de ayudar,pero también crea una sensación de normalidad que impide que la opinión pública se solidarice con este serio problema.

Los medios de comunicación tratan este tema muy superficialmente. Nunca se ha hablado del fomento a la ayuda del hombre, asociaciones cono Amikeko que trata en la actualidad a más de 200 personas condenadas por violencia de género. Posiblemente la función de solucionar el problema no corresponda con las necesidades de la sociedad que peca de omisión. El poder de los Mass-media es muy grande, pero la gente debería interesarse y luchar contra el sistema, contra la información suprimida. Se debería hablar más del tratamiento al agresor como apoyo social y la ineficacia del gobierno ya que no hay bastantes organizaciones capaces de absorber la gente que desea ir a tratamiento. Desde mi punto de vista la disfunción de los medios en este problema es crear un sentimiento de normalidad además de centrarse exclusivamente en la víctima, cuando en una pareja, también debería tratarse al agresor.

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